Ermita de planta cuadrada con cubierta a cuatro aguas. La portada se abre con dos arcos de medio punto, uno de entrada y otro de salida.

En el interior las paredes se encuentran decoradas con pinturas ya casi desaparecidas, apreciándose la estampa de la Última Cena y guardianes situados en las puertas, acompañados de frases que conducen al viajero por el buen camino.

Los humilladeros son lugares devotos que suele haber a las entradas o salidas de los pueblos con una cruz o imagen, para que aquellos que emprendían viaje pudieran orar para tenerlo bueno y con final feliz y los que llegaban pudieran agradecer a su vez el haber llegado con bien a su destino.